Parece ayer cuando tu perro  llegó a tus brazos, ¿verdad? Ese cachorro , que corría a todos lados, que te despertaba tempranito, inagotable y lleno de vitalidad… parece ayer. Pero hoy, tu perro  no es el de antes. Tal vez ya tiene 7, ó 9, ó 12 años y hace tiempo notas que además de que su cuerpo, energía, ladrido y pelaje cambiaron, también está teniendo un cambio interno: ya no es el mismo.

Hoy voy a hablarles sobre un tema tan importante como triste, la demencia  senil en perros. El “Alzheimer canino”, aunque es un término  incorrecto.  En términos generales, un perro inicia su etapa de ancianidad a partir de los 7 años. Sabemos que las razas de tamaño chico son más longevas y su proceso puede iniciar después, pero cualquier perro ya es un “adulto mayor” desde los 7 años. En cualquier  momento desde esta edad, se pueden encontrar los primeros  signos y síntomas de la demencia.

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Esta enfermedad es una disfunción  cognitiva en la que el perro  empieza a perder su capacidad de razonar. El perro se encuentra con un desgaste del sistema  nervioso central (o sea, su cerebro) en los que puede cursar con desorientación, confusión, falta de memoria, cambios en su personalidad, trastornos del sueño, alteraciones en el comportamiento  social, exploratorio (su curiosidad, reconocimiento) y eliminativo  (pipí y popó). Este proceso es de carácter  progresivo, es decir: empieza con cosas leves y va avanzando, sin detenerse. La demencia  provoca una reducción en la capacidad del perro para adaptarse al medio que le rodea, situación que se relaciona con un mayor  nivel de estrés que da lugar un estado de ansiedad en el perro y una probable  depresión.

La siguiente es una lista de signos que puedes notar en un perro que inicia el proceso de la demencia senil:

  • Menor actividad física
  • Desorientación (no reconoce tu coche, tu casa, su lugar favorito para dormir)
  • Menor interacción con la familia (ya no pela a tu papá, a tus hermanos)
  • No ejecuta bien las órdenes previamente aprendidas (ya no se sienta, no te da la pata)
  • Más irritable (todo le enoja, se molesta si su hermano perro pasa cerca)
  • Alteraciones del ciclos del sueño (duerme toda la tarde, se despierta 5am)
  • Pérdida de hábitos de micción y defecación (se hace pipí en la sala)
  • Alteración de la respuesta a estímulos sensitivos (ya no le gusta que lo acaricien)
  • Alteración del apetito (no le gusta lo de siempre, come menos)
  • Mirada perdida o fija

Ante la presencia de algunos de estos cambios, debes llevar a tu perro con el veterinario para que se logre establecer el diagnóstico de demencia  senil. Mediante la escala  EDED, tu veterinario  realizará distintas pruebas a nivel cognitivo y emocional con diferentes  puntajes, para determinar el diagnóstico  definitivo. Existen tratamientos  farmacológicos que pueden ayudar a que el deterioro  cognitivo y conductual de tu perro, progresen más lentamente. Suplementos como la vitamina E y el Ginko  Biloba, en conjunto con medicamentos que funcionan a nivel enzimático y de circulación  cerebral, serán indicados por tu veterinario si son pertinentes.

Demasiada ciencia y malas  noticias. Si bien tu perro está pasando por este difícil proceso, es momento de que tú le demuestres que estás ahí para él como, como él estuvo contigo todos estos años. Recuerda que fue él quien te acompañó cuando te rompieron el corazón, cuando perdiste la chamba, cuando fueron de viaje, cuando decidiste empezar a correr maratones… Tu perro estuvo contigo S I E M P R E.  Ahora él necesita que te armes de paciencia y lo cuides en su última etapa.

¿Qué puedes hacer?

    • Estimulación táctil. ¡Acarícialo! Busca suavemente la forma y el lugar donde no le moleste, ni le duela y sin alterar su sueño. Chiquéalo. Acurrúcate con él. Hazle piojito.
    • Estimulación del sentido del gusto. Tal vez ya no le gusta lo de siempre, pero algo podrás encontrar que le fascine. Sus papilas gustativas y su olfato (los elementos con que se percibe el sabor de las cosas), se encuentran  desgastados. Busca sabores  estimulantes, como la crema de cacahuate. Busca siempre que sea nutritivo. Intenta con diferentes consistencias y olores. En este punto  es momento de recordarte que en Dog Dog Encaminando a Tu Perro, cuentan con asesores  nutricionales  expertos.
    • Facilita su deambulación. Recuerda que puede cursar con ansiedad y desorientación. Hazle fácil su movimiento por su entorno. Hasta un escalón lo puede arrinconar. Se puede atorar en rejas o en plantas. Déjale  tapetes o camitas en varios  lugares para que donde se encuentre, tenga un lugar  cómodo y acogedor.
    • Respeta su ciclo sueño-vigilia. Si quiere dormir  toda la tarde, déjalo. Si madruga, asegúrate que tenga acceso a agua y un lugar para sus necesidades. Considera que tal vez tengas que madrugar con él.
    • Actividad  física. No  dejes que se postre. Dentro de sus limitaciones, encuentra una actividad  física que pueda realizar. Tal vez caminatas  cortas pero más frecuentes. Juega con él. Incluso, ¡se merece un masaje! Sus articulaciones pueden estar desgastadas y doloridas, en Dog Dog Encaminando a Tu Perro, también pueden brindarte este servicio.
    • Música. Está comprobado que los perros responden a la música, busca una que sea relajante y ponla mientras descanse o duerma.
    • Disminuye su exposición.  A los viejitos no le gustan las cosas nuevas. Igual y no es tan buena idea que lo lleves a la playa o incluso a casa de alguien más, que no conozca. Respeta su rutina.
    • QUIÉRELO. Este es por mucho lo más importante de todo. Necesita de ti más que nunca, de tus cuidados, de tu paciencia, de tu comprensión, de tu ayuda.

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Llegar a viejo  no es fácil para nadie; llegar a viejo con una enfermedad como la demencia  senil, menos aún. Por suerte, tu perro te tiene a ti… y también  tiene a sus amigos de Dog Dog Encaminando a Tu Perro. Ellos pueden ayudarlos y asesorarte en los cambios de esta etapa final de tu perro, que no sabemos cuánto durará. ¡Contáctanos!

Aranza Alvarado