Son las 7 de la mañana y tu despertador empieza a sonar; tu mejor amigo peludo corre a tu habitación para recordarte que es momento de levantarte y empezar un nuevo día y con energía te observa a medida que te bebes, todavía medio dormido, el café matutino tras arreglarte. Después de alimentarlo y pasearlo te dispones a salir de casa a buscar la croqueta de cada día, cuando te das cuenta de que no le tomó demasiado acurrucarse nuevamente en su cama, mientras con algo de envidia piensas “¡quién fuera él!”.
Y así, aún si tienes un trabajo desde casa o permaneces ahí la mayor parte de tu tiempo, te has dado cuenta que las siestas perrunas se repiten a lo largo del día e incluso te han motivado a juntar todo un álbum de “mil maneras de dormir” en donde retrataste a Firulais en las poses más extravagantes. Justo ahora, a medida que se escriben las letras de esta nota, la manada yace a un lado perfectamente dormida, lo que nos lleva a la pregunta obvia: ¿mi perro es un dormilón?
Pues bien, hoy gracias a los expertos del comportamiento tenemos una respuesta; la Fundación Estadounidense del Sueño determinó que los perros pasan aproximadamente la mitad de su vida durmiendo, es decir, entre 12 a 14 horas por cada periodo de 24 horas.
Para entender un poco mejor los ciclos de sueño caninos comparado con los ciclos humanos, los científicos han descubierto que el estado más profundo de sueño humano y donde más podemos descansar, también conocido como “estado REM” (Rapid Eye Movement, por sus siglas en inglés), puede durar hasta 25% del tiempo que los humanos dormimos, mientras que en los perros el estado más profundo de sueño es de tan sólo 10% de su tiempo dormidos.
Por lo anterior, los perros necesitan más tiempo de descanso para recuperar sus energías. En sí, el típico perro dormilón (o sea, la mayoría), pasa un promedio de 50% de su vida durmiendo, 30% recostado y sólo un 20% del tiempo completamente activo.
Así, el sueño continuo es de hecho algo normal en los cánidos sanos, especialmente cuando no tienen nada más entretenido que hacer como jugar, pasear o asistir a la guardería. De hecho, la forma en la que un perro duerme es tan distinta a la nuestra, que les permite pasar rápidamente del estado más profundo de sueño, a un estado de alerta en tan solo un instante si la ocasión lo amerita (esto incluye ruidos desconocidos, la palabra “comida”, la visita de un extraño o la sirena de una ambulancia). Esto los convierte en los mejores guardianes, ya que pueden transitar entre estos dos estados 24 horas al día.
Y a todo esto te preguntarás, ¿cómo sé cuando mi perro está durmiendo de más? La mejor forma de detectarlo de acuerdo a los expertos, es observar si hay cambios en los patrones de sueño de tu mejor amigo peludo. Si notas que está muy aletargado, con falta de apetito o si deja de responder a los estímulos que lo hacen despertar, puede haber sufrido alguna intoxicación o tener algún problema médico que debe ser atendido a la brevedad.
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