Para las personas que tenemos o hemos tenido amigos peludos, es fácil comprender lo difícil que es decirles adiós. Y es que nuestro amigo de cuatro patas se irá un día y nos privará de su presencia, alegría y amor incondicional.

Pero también sabemos que es algo natural, y por más que nos resistamos a vivir sin él, debemos tener en cuenta unos cuantos detalles para poder, en caso de que sea necesario, ayudarlo y acompañarlo para que deje este mundo de la manera más digna posible.

En ese punto, afloran los recuerdos de todos aquellos momentos lindos vividos en su compañía y las aventuras que compartimos.

Ahora, imagina lo siguiente: nuestro amigo peludo está sufriendo por dolores o tiene alguna enfermedad, ¿en verdad vale la pena que siga con esa calidad de vida? Entra, aquí, la difícil tesitura de acompañar a nuestro amigo peludo al dejar este mundo.

En muchas ocasiones, dejarlo partir es la mejor decisión que podemos tomar. Sí, por extraño que suene, puede ser lo mejor para nuestro amigo de cuatro patas. Pero ¿cuándo es el momento exacto en donde debemos tomar esta decisión?, ¿cómo podemos hacer que no sea tan doloroso para nosotros? Te ayudaremos un poco a aclarar estas dudas que pueden surgir ante esta disyuntiva.

Acompañarlo a partir, ¿cuándo y cómo puedo hacerlo?

Este doloroso proceso requiere de la asistencia de un profesional. El veterinario nos brindará la orientación oportuna para llevar a cabo esta decisión.

A veces, se recomienda, en aquellos casos en los que nuestros amigos peludos han sufrido un accidente y no van a poder seguir con una vida normal, acabar con su sufrimiento. Los dolores fuertes, problemas al caminar u otras afecciones que limiten su calidad de vida no son deseables para estos grandes compañeros.

Entendemos que será duro y extremadamente doloroso para nosotros, pero debemos pensar en su felicidad y no hacerlo sufrir innecesariamente.

Otra de las razones puede ser la vejez de nuestro amigo de cuatro patas. Los perros son animales muy inteligentes, y está comprobado que cuando sienten que son muy viejos o ya sus dolores son muy fuertes, ellos mismos dejan de luchar, de comer o incluso de beber agua.

Quizá entonces debamos escuchar a la naturaleza, tomar valor y mirar por la tranquilidad de nuestro amigo peludo.

Infórmate con tu médico veterinario, él puede ayudarte con el tema. Pero siempre lucha por tu amigo peludo, si con medicamentos o intervenciones puedes darle una vida más larga a pesar de sus dolores, ¡hazlo!, no dudes en intentarlo.

Si es la única opción que te queda, no lo abandones, acompáñalo en este paso tan doloroso para él y recuérdalo siempre como el mejor amigo que pudiste tener.