La ceguera en los perros es un problema más habitual de lo que puedas imaginar. Puede ser total o parcial, afectar a ambos ojos o sólo a uno; puede ser congénita o progresiva, consecuencia de la edad o de algún tipo de enfermedad. Llega a ser más fácil de aceptar si es de nacimiento que si es con el paso del tiempo, a pesar de eso muchas persona sacrifican a los cachorros que son ciegos de nacimiento ya que los consideran una carga.

¿Puedo saber si mi perro es ciego?

Claro, aunque es necesario siempre del diagnóstico de un veterinario. Un perro que se ha quedado completamente ciego por una lesión o problema, por lo general, se muestra desorientado y asustado, además de dejar de realizar actividades que hacía constantemente o hacerlas de manera muy cautelosa.

Por otro lado, cuando la ceguera es progresiva, no es tan fácil notarlo, ya que los síntomas no son tan evidentes. El hecho de que sea progresiva, le hace ir poco a poco adaptándose a esa pérdida de visión, por lo que no se mostrará torpe, asustado o retraído como un perro que perdió su vista de golpe. Cuando un perro se está quedando ciego poco a poco, suele tomar objetos o lugares como referencia, además de que al vivir toda su vida en el mismo lugar ya sabe dónde están ubicados los objetos.

Algunas conductas típicas de un perro que está perdiendo poco a poco su visión es que choca con las cosas, si les lanzas su juguete no se lanzará hacia él como lo hacía antes,  sino que irá con cuidado; algunos perros pueden llegar a tornarse agresivos al no reconocer a alguna persona, aunque este último hecho no pasa con su humano, ya que no sólo reconoce su voz o su forma, sino que también reconoce su olor.

Cuando la ceguera de un perro es congénita, la situación es menos preocupante, aunque pueda parecer lo contrario. Al faltarle el sentido de la vista, desarrolla el resto de los sentidos en mayor medida, de modo que puede llevar una vida completamente normal, igual a la de cualquier otro perro.

Los cuidados esenciales para un perro con ceguera son: no poner objetos en sus vías de camino principales, ni es los lugares que más frecuenta. No llevarlo a parques con muchos obstáculos ni dejarlo solo en lugares con escaleras o balcones que no conozca, en los que nuestro peludo pueda caer y lastimarse.

No siempre es fácil de detectar, ya que al principio solo observaremos la capa de opacidad en sus ojos al entrar en contacto con la luz, no obstante, cuando avanza, podremos detectar que cada vez es más gruesa. A medida que avanza la enfermedad el ojo se torna completamente blanco y es cuando el perro se queda ciego completamente. En los perros con ceguera de nacimiento el color blanco lo notamos desde algunos días después de que los cachorros abren sus ojos.

La ceguera no es una condición que impida la convivencia con nuestros peludos, por lo que no debe ser nunca motivo para abandonarlos. Un perro ciego es igual de digno, cariñoso y fiel que cualquier otro, sólo necesita un extra de sensibilidad y paciencia a la hora de educarlo.

Si llega a tu vida un perro ciego, dale la oportunidad de desarrollar sus otros sentidos y vivir contigo. Para ayudarles, en Dog Dog Encaminando a Tu Perro podemos desarrollar un programa especial y personalizado para ustedes, ¡contáctanos!

Aiko reyes

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