Hace unos días le compartía a un alumno una respuesta y pensé que quería compartirla con ustedes, lectoras y lectores, porque sin duda colabora con la vida común entre [email protected] y [email protected]
Primero quiero ponerles en contexto, así que comencemos con la raíz o el por qué del ejercicio de «Juntos estamos bien, pero separados también».
Hay una serie de ejercicios que trabajamos en el programa de Puppy School para desarrollar la autonomía en el [email protected] Si bien, nuestro [email protected] «dependerá» económicamente y materialmente de nosotros toda su vida (no es como un hijo que podrá independizarse en algún momento de nosotros) sí podemos lograr que no dependa social y emocionalmente de nosotros.
A nadie «saludable» emocionalmente y socialmente le interesa depender de otro, ni que otro dependa de ti… por lo menos no todo el tiempo y no para todo. Con [email protected] [email protected] no pasa distinto…
Entonces, ¿Cómo hacemos para que nuestro perro, que toda su vida nos necesitará para obtener su comida y tener un techo, protección y un grupo social, no dependa de nosotros o inclusive de otros miembros de la manada o la familia en aspectos ajenos a los mencionados?
Hay una delgada línea que puede llegar a confundirnos entre el vínculo afectivo y la dependencia. Por esta razón gran parte de lo que hacemos en este programa es aprender las diferencias y ejercitar el motor social y la autonomía de [email protected] [email protected] (y la nuestra) para tener un [email protected] y una relación más sana y equilibrada.
¿Cómo lo hacemos en el curso?
Con ejercicios de vinculación afectiva donde el de «vínculo afectivo» ayuda a entender cómo le gusta a mi [email protected] a ser [email protected] (sin juguetes ni comida de por medio) que nos sirve además para decirle cómo nos gusta ser saludados a [email protected] y cómo irle moldeando su forma de saludar a otras personas y [email protected]
Hay un ejercicio, el de «masaje» para intimar con [email protected] [email protected], tener un momento de relajación, de afecto y cariño tranquilo, donde [email protected] nos relajamos y él o ella confían plenamente para que le toquemos [email protected], y así tmb le vamos enseñando a ser tolerante para ser [email protected] en otras situaciones menos disfrutables (Veterinaria, cargarle, etc.).
Y por último tenemos otro ejercicio, el de «juntos estamos bien pero separados también» donde buscamos enseñarle a [email protected] [email protected] que de ambas maneras podemos estar bien… disfrutando, aprendiendo, sumando.
Ejemplos en la vida cotidiana de éste último ejercicio:
- Si estás en un restaurante, tu [email protected] espera [email protected] o [email protected], sin buscar tus caricias constantes. Tú le acaricias e interactúas con él o ella pero no tienes que estar tocándole todo el tiempo para que esté en paz.
- Lo mismo en la oficina; si tu [email protected] busca en todo momento estar echado en tus pies, junto a ti, si te mueves o si sales de la habitación, tu [email protected] se queda [email protected], entonces debemos enseñarle y mostrarle que juntos estábamos bien pero no pasa nada si nos separamos físicamente unos centímetros o si salimos por unos momentos de la habitación.
- Lo mismo si [email protected] [email protected] duerme con [email protected] a veces y otras no, o si a veces le toca dormir fuera de la habitación porque [email protected] queremos descansar o intimar con nuestra pareja.
- Si estamos viendo tele y [email protected] [email protected] quiere acapararnos pero [email protected] tenemos calor o queremos estar cerca de [email protected] de [email protected] [email protected] y [email protected] [email protected] no permite que [email protected] ([email protected] o [email protected]) nos de cariño o afecto porque necesita ser el único a nuestro lado o bien, necesita estar cerca nuestro, sino le afecta.
- O imagina que estás [email protected] con tu [email protected] y tienes que pararte a hacer algo más, pero tan solo el hecho de moverte implica que tu [email protected] se mueva y se quede [email protected] porque tú tuviste que moverte unos momentos de la habitación, ¿por qué romper esa paz del hogar y del momento si solo te paraste a apagar la luz o hacer del baño por unos segundos?
- O visualiza una reunión con [email protected] donde estás increíblemente bien con tu [email protected], él o ella [email protected] en su cama, tu rozándole con el pie, y entonces te tienes que parar a seguir atendiendo a tus [email protected], y esto genera que tu [email protected] se levante también… no pasa nada si es el único [email protected], pero qué hay cuando hay más perrxs y entonces tu perrx es el o la pionera para activar a [email protected] demás…
- O cuando tu [email protected] depende de [email protected] [email protected] emocionalmente y entonces si [email protected] [email protected] hace algo, tu [email protected] le seguirá también para todo…
En el caso de que pasemos mucho tiempo con [email protected] [email protected] o casi las 24 horas porque hacemos home office o le llevamos al trabajo, o cualquier otra razón, qué podemos hacer:
- Utilizar momentos en los que estemos [email protected] físicamente en el mismo espacio para separar con nuestras manos a [email protected] [email protected] de nuestro cuerpo.
- Buscando que [email protected] [email protected] se quede en ese sitio o busque un sitio más lejos de [email protected], pero donde no le permitamos que se pegue a [email protected] nuevamente. No porque no le queramos o nos moleste, sino porque estamos cosechando un trabajo de autonomía a largo plazo.
- Salir de la habitación (aunque no tengas que hacerlo) yendo y viniendo por cualquier motivo, por ejemplo, pararte a imprimir algo, ir al baño, ir por un vaso con agua, y buscar que tu [email protected] se quede en su sitio relajado, si se queda intranquilo, se levanta, llora o cualquier otra cosa, señal de que tienes que trabajar más la permanencia informal y el ejercicio de juntos pero separados.
- Mientras estas acariciándole cuando veas la tele, separarlo de ti, aunque no tengas que hacerlo, pero solo por el hecho de practicar, y luego hacerle una seña para que se acerque a ti nuevamente.
Practicar el ejercicio anterior pero acariciando a otros de tus [email protected] o [email protected]
Otros ejercicios para trabajar la autonomía en diferentes contextos
- Permanencia informal en sus diferentes etapas y modalidades
- Permanencia formal
- Trabajo de olfato con salidas eventuales o dejándole solo
- Llevarle a una guardería canina
- Enseñarle a usar la kennel
- Llevarle a parques caninos para que juegue con [email protected] [email protected] y no se quede con [email protected]
- Salir a pasear sin correa al campo o bosque
- Tu turno, su turno, para ser acariciados
- Paseos recreativos