Actualmente estudiante de filosofía del ITESO, Ángel forma parte del equipo de investigación de Dog Dog. A través de las experiencias con su propia manada de perros y gatos, nos comparte sus reflexiones sobre los animales y el mundo de la filosofía, en una interesante mirada al universo con una perspectiva única.
Hay quien puede pensar que la filosofía no tiene mucho que ver con el adiestramiento canino, pero parte de mi investigación me ha llevado a vincular estas dos cosas. En esta ocasión quisiera exponer algo que a los filósofos les encanta y esto es : Una diferencia conceptual. Y quisiera presentarlo porque creo que es la base para abordar nuevas problemáticas, aprendiendo a distinguir las problemáticas técnicas de las éticas.
Para definirlo mejor, empezaré por hacer las siguientes preguntas: ¿Qué es una decisión técnica? ¿Qué es una decisión ética? ¿Cuál es la diferencia?
Respondiendo a lo anterior, la decisión técnica es aquella que se preocupa por el “cómo”, por ejemplo: si yo quiero adiestrar a un perro desde un aspecto estrictamente técnico, necesito:
- Un perro al que adiestrar.
- Un adiestrador.
- Un método a seguir.
- Una manera de medir los resultados para saber que estoy alcanzando las metas previstas.
Desde el punto de vista técnico, no importarían las cuestiones como la salud del perro, su seguridad o el simple hecho de que éste se sienta satisfecho con lo que aprende, pues el único enfoque sería el de conseguir el objetivo.
Es aquí en donde entra el factor ético, mencionado en mi primer artículo, titulado ¿Por qué tener una mascota es una decisión ética?. En éste explico cómo tomar una decisión ética implica la consideración de opciones y consecuencias y, por lo tanto, no todas las decisiones pueden considerarse como éticas.
Las decisiones éticas no se tratan de lo que podemos hacer o de la manera de hacerlo, éstas se apegan a lo que debemos hacer a las razones por las que debemos hacerlo, mientras que las decisiones técnicas van a discutir el camino a seguir para obtener el resultado.
En el adiestramiento canino es posible demostrarlo con el siguiente ejemplo: ¿Cómo lograr que el perro no haga sus necesidades dentro de la casa? La vieja escuela nos enseñó que debemos pegarle al perro inmediatamente después de haberse hecho en el lugar no deseado, para posteriormente encerrarlo a manera de castigo.
Para muchos, el método anteriormente mencionado es funcional y lo sigue practicando, sin embargo, en mi caso particular, dicha técnica no tuvo resultados y al desagradarme mucho pegarle a mis perros, opté por cambiar la estrategia, decidiéndome a tener el mismo objetivo pero renunciando a los golpes. Así pues, opté por sacarlos al patio periódicamente de manera que fueran aprendiendo paulatinamente a hacer sus necesidades fuera del departamento.
Los resultados fueron impresionantes, se logró en un par de semanas un cambio de conducta que no habíamos podido conseguir en muchos años y todo esto sin necesidad de regañarlos o pegarles. Admito que no es perfecto, pero hemos logrado un gran cambio. Ahora, si los perros hacen dentro del departamento es culpa de los humanos y no de los perros; nosotros somos responsables de sacarlos. Después de tantas repeticiones en este patrón, los canes parecen comprender la idea y muchas veces piden salir por su propia cuenta.
Técnicamente hablando, la práctica clásica casi siempre funciona, aunque no lo hizo con todos mis perros, porque el perro aprende a asociar el castigo con hacer fuera de un lugar determinado. Pero, éticamente hablando, es bastante cuestionable, pues su punto de referencia es el castigo, generando una aversión en el perro para conseguir el resultado. Habiendo analizado el caso podemos hacer preguntas muy interesantes como ¿por qué el castigo es el punto de partida del adiestramiento?, ¿por qué hacemos a los perros responsables de todo y nunca nos responsabilizamos nosotros mismos?
Afortunadamente, parecemos tener algunas alternativas; la mayoría de las grandes problemáticas éticas contemporáneas se encuentran en una especie de intermedio entre la ciencia y la ética, sin embargo, es necesario distinguirlos para abordarlas desde una perspectiva determinada. Más de una vez, los argumentos que podamos esgrimir, incluso sobre la manera de educar a un can, se tendrán que apoyar en evidencias y resultados para adquirir solidez. Otras veces habrá que ir en contra de las ideas que sostienen cierto proceder técnico.
Volviendo a la ética, podemos decir que ésta se centra en lo que debemos hacer y aunque personalmente creo que ni hoy ni nunca la humanidad llegue a un acuerdo ético perfecto, tengo la esperanza de que al menos lograremos algunos acuerdos que nos permitan entendernos. En el caso de nuestros mejores amigos peludos, preguntarnos si lo que estamos haciendo para educarlos es congruente con lo que es correcto para su mejor desarrollo, es parte de enfrentar los problemas éticos y técnicos de educar a un can.
En Dog Dog tienen diferentes servicios basados en la filosofía “Juntos en las Patas de tu Perro” que incluye métodos de adiestramiento canino positivo, constancia, respeto, simpatía por las emociones, y técnicas basadas en la etología canina.