Las personas que vivimos con perros hemos percibido que ellos tratan de consolarnos cuando estamos tristes o si enfermamos pareciera que no se quisieran  separar de nosotros, ¿cierto? Pues esto parece estar confirmado mediante algunos experimentos realizados por psicólogos de la Universidad de Goldsmiths en Londres, quienes probaron que “las actitudes de los perros son genuinamente empáticas y no motivadas por la curiosidad», dijo la Doctora Deborah Custance. De igual forma en la Hungarian  Academy  of Science de la Universidad  Eotvos  Lorand en Budapest comentó: “Nuestros hallazgos sugieren que los perros también usan un mecanismo cerebral similar a los humanos para procesar la información social (…) se sabe muy bien que los perros son muy buenos para detectar los sentimientos de sus dueños y sabemos que un buen dueño de perro puede detectar los cambios emocionales en su perro; ahora empezamos a entender porqué esto es posible.”

Mencionar estos estudios como preámbulo al tema en sí, es solo para demostrar que un perro es capaz de sentir y percibir  emociones.

Ahora bien, la pregunta es: ¿Por qué los abandonamos?

¿Tendríamos que hacer innumerables  estudios en humanos para entender las posibles  causas de tan cruel  hecho?

¿Cómo podemos entender que una persona o familia por cambiar de residencia  abandonen a su perro?

¿Por qué al salir de vacaciones los dejan abandonados en la calle?

¿Porqué?

Existen estadísticas que nos dicen que la población de perros en situación de calle  aumenta en época de vacaciones, desafortunadamente creo que muchos de nosotros nos hemos enterado de algo al respecto.

Solo dos  ocasiones en mi vida he tenido perro. Cuando por primera vez fui a una veterinaria, mientras esperaba que atendieran a mi perro, vi un póster que tocó  hasta el más profundo de mis sentimientos:

Me dio mucho sentimiento porque imaginé a mi perro  padeciendo esa situación, además de preguntarme, ¿cuántos más han pasado esa desgracia? Sin embargo es muy cierta la frase, “ellos jamás lo harían”.

Quizá suena simple, pero ¿cuánto conlleva en la práctica? ¿Qué valores personales tengo y doy como ejemplo?   Hagamos conciencia a través del conocimiento sobre los sentimientos de los perritos.

Cada día son más los estudios que nos indican que los perros tienen sentimientos, demuéstrale los tuyos.

Al momento de aceptar, comprar, adoptar o cual sea la forma de adquirir un perro debemos saber que es una responsabilidad que estoy adquiriendo por propia convicción y que esa responsabilidad es de varios años de atención y muchos cuidados; hay estudios donde pruebas de coeficiente  intelectual (CI) practicadas en perros han demostrado que su inteligencia media tiene la capacidad  mental de un niño de 2 años de edad, lo cual significa que siempre necesitará de nosotros y que por sí solo no es capaz de llevar una vida sana en ningún aspecto.

Afortunadamente hoy en día existen muchos lugares donde hospedar a nuestros perros o quien los pueda cuidar de manera personal y las redes  sociales son nuestras aliadas para estos casos.

Tomemos conciencia, meditemos detenidamente lo que implica para mí y o para mi familia el tener un perro en casa; pensemos en todas las posibilidades que se puedan presentar y que tengan que ver con nuestro perro, desde alimentación, cuidado  médico, espacio o lugar de esparcimiento,  quién o dónde lo pueden cuidar si no deseo llevarlo conmigo, en fin, todo lo relacionado a la vida y desarrollo de estas maravillosas  criaturas  peludas.

Un cariño  fiel, es el de un perro.

Si tu vida es muy ocupada o te encuentras  fuera de la ciudad con frecuencia, contacta a DogDog Encaminando a tu Perro donde son expertos en la atención y cuidado  canino. Cuídalo, ¡no lo abandones!

Llamó mi atención esta imagen, quizá fuerte… ¡solo para reflexionar!