Comenzamos diciendo algo que nos gustaría no fuera cierto. Sin embargo, lo es; los paseos caninos no siempre son iguales.
Por más que hayas trabajado con tu perro en su salud comportamental y tenga el hábito de pasear de forma positiva, lamento decirte que hay días en los que simplemente los paseos caninos no son los mejores.

Hay días en los que amanecemos cansados, de malas o sin ganas de pasear. También puede pasar que la situación no sea la más favorecedora para nuestros perros; hay demasiado ruido, están arreglando las calles, pasó un conductor irresponsable muy a prisa cerca de nosotros, etc.

Un buen paseo no siempre depende del buen adiestramiento de nuestro perro ya que es un ser vivo, que no es perfecto, que tiene su personalidad y emociones. Existen otros factores externos a tu perro y a ti que pueden influir en su paseo. Por ejemplo: otras personas paseando a sus perros, motociclistas, ruidos, basura, un sin fin de desafíos urbanos.

Ahora, te cuento la buena noticia. Sí es posible pasear con tu perro de una manera armoniosa en dónde ambos disfruten de éste.
A pesar de que pueda haber días en los que no sea el paseo ideal, sí podemos prepararnos para que la mayoría sí lo sean.

Primero, necesitas identificar cuál es el objetivo del paseo. ¿para que haga sus necesidades únicamente? ¿Para ejercitarse físicamente? ¿para que te acompañe algún lugar? ¿o para pasar un buen rato al aire libre?
Una vez definido tu objetivo, será más fácil plantearte qué es lo que necesitas hacer previo a esto.

Antes de cualquier tipo de paseo es de suma importancia trabajar en la salud comportamental de tu perro, es decir, en sus cuatro dimensiones; física, cognitiva, social y emocional.

Es indispensable que, antes que nada, tengas un vínculo afectivo con tu perro ya que sin este no hay comprensión, comunicación ni entendimiento. El vínculo afectivo te permitirá que trabajes con tu perro en su gestión emocional, en la adquisición de códigos de conducta y en la comunicación.

Imagínate que quieres salir a pasear con tu perro que no responde bien a su nombre, que no acude a tu llamado y que no conoce las normas básicas de convivencia. ¡Claro que tu experiencia será desastrosa e indeseable!
En cambio, si trabajas primero en esto, será mucho más probable que sea una experiencia positiva y enriquecedora.

Te compartimos los siguientes tips para mejorar tus paseos:

  1. Vincúlate con él, llámalo por su nombre y felicítalo cuando acuda a ti (no uses comida).
  2. Haz espacio de calma para que aprenda a regular sus emociones y su energía.
  3. Manipúlalo físicamente; dale masajes que le permitan sentirse relajado y en conexión contigo.
  4. Enséñale a esperar mientras le pones su arnés, a que salga tranquilo y sin tirones desde el principio.
  5. Consigue un arnés que vaya al pecho de tu perro y no a su espalda. Así bajarás la posibilidad que jale con fuerza y mejorarás tu manejo para indicarle hacia dónde quieres que camine o que de vuelta.
  6. Consigue una correa larga de 3 metros. Los perros tienen la necesidad de su individualidad espacial y de interactuar de una forma semilibre con el entorno. Una correa más larga no es recomendable porque es más difícil de administrar.

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