Actualmente más del 58% de los hogares “tienen” una mascota en casa. Y más de la mitad son perros. Ahora bien, estos números nos preocupan, pues ni siquiera el 10% de esos hogares invierte su tiempo (o dinero) en entrenar y educar socialmente a su perro. Cuestión alarmante, puesto que un perro, al igual que nosotros, necesita por lo menos educación; lo que podría disminuir problemas entre civiles, abandonos y maltratos.

Decir que “tenemos un perro”, no es lo nuestro. Para empezar, porque “tener” indica que lo expresado por el complemento directo tiene una relación, especialmente de posesión, pertenencia o inclusión, con la persona o cosa designada por el sujeto. Nosotros preferimos el término “convivir”: vivir o habitar con otro u otros en el mismo lugar.

Convivir con un perro comprende varias cuestiones para poder coexistir de forma pacífica y armoniosa, entre ellas:

  • Proporcionar alimento saludable y de acuerdo a las necesidades fisiológicas
  • Compartir un espacio seguro y estable
  • Respeto y atención
  • Cuidado y protección
  • Educación social y disciplina

Si quieres convivir con un perro y no tener problemas, lo más importante es que cubras las 5 necesidades antes descritas, con esto, será más fácil que el nuevo integrante canino de la familia sea estable emocionalmente, respete a los demás miembros de la familia y pueda convivir sanamente en sociedad con otros perros y/o personas, inclusive otras especies.

Para cubrir el quinto aspecto, Dog Dog Encaminando a tu Perro propone tres servicios basados en su filosofía “Juntos en las Patas de tu Perro” que incluye métodos de adiestramiento canino positivo, constancia, respeto, simpatía por las emociones, y técnicas basadas en la etología canina. Estos son:

  • Talleres grupales de educación y entrenamiento
  • Entrenamiento individual básico e intermedio
  • Asesorías personalizadas de educación y rehabilitación de conducta

Sin duda, cuando vivimos con un perro, el reto mayor no está en “tenerlo”, casi cualquiera podría tener un espacio con acceso a agua, comida y alguien que le limpie su espacio, o de un par de paseos al día.

El reto más interesante es que logres crear una conexión tal con tu perro, al grado de que formen un vínculo recíproco, hasta formar un equipo. Un equipo donde los dos ganan y pierden, se acompañan con respeto y se esfuerzan por sacar adelante cada vez mejores resultados. Y los objetivos podrían ser desde dar un paseo más tranquilo o jugar al frisbee, hasta ser perros de trabajo especializado, deporte o terapia asistida.
¿Te gustaría tener una mejor relación con tu perro y hacer un gran equipo? Te invitamos a conocer nuestros diferentes programas. Ponte en contacto con nosotros y pregunta las opciones para tu presupuesto, tiempo y metas.