Hola, mi nombre es Hammer un Schnauzer miniatura, tengo 9 meses de edad. Soy alumno en el curso de PUPPY SCHOOL DogLearning de Dog Dog y esta es mi historia:

Llegué a mi nuevo hogar a la edad de 2 meses. Mis humanos me recibieron con mucho amor, me llenaron de halagos, caricias, regalos, cama nueva, juguetes etc. Yo me sentía feliz, emocionado e inquieto. Al llegar la noche me pusieron en un cuarto, solo, obscuro; el cansancio me venció y me quedé dormido. En la madrugada me desperté y me sentí solo, con miedo y de inmediato empecé a llamar a mi humano rascando la reja que me habían puesto, y ladrando; llegué al extremo de llorar. Mi humano vino a mí, y con mucha paciencia y amor me calmó, se quedó a dormir conmigo. Así transcurrieron varias noches y poco a poco las cosas empezaron a cambiar. Por las noches notaba su enfado cuando le llamaba, no quería que me dejara solo. Por otro lado cuando hacía mis necesidades fisiológicas, me tomaba del cuello, con un enérgico grito de ¡NO, NO! Y dando un fuerte golpe en el piso, con un periódico o una chancla; me dejaba encerrado en un pequeño cuarto de servicio, nunca me lastimó físicamente pero esas acciones me producían un gran temor y desconcierto, pues en otras ocasiones cuando hacía lo mismo no pasaba nada, no entendía lo que sucedía… cada día notaba más su enfado. Un día me colocó un collar, una correa y me sacó a la calle a pasear. Se abrió un nuevo y maravilloso mundo por descubrir, tiraba de la correa tratando de correr, me sentía feliz. Él, por su parte, también tiraba de la correa tratando de tenerme junto a él, yo ladraba incansablemente tratando de explicarle que lo que quería era que me dejara libre, que esos jalones lastimaban mi cuello… no había manera de entendernos, me sentía frustrado, molesto. What part of WOOF don’t you understand? Lo que inició como una posible aventura terminó en un completo desastre. Me esforzaba por agradarle jugando, saltando, ladrando. Unas veces me abrazaba con mucho cariño y otras terminaba yo en el cuarto de servicio. Estaba desconcertado.

Un día un familiar de él le comentó: «Llama a Dog Dog, ellos van a resolver tu problema». De pronto ya estábamos en el curso de PUPPY SCHOOL.

Mi humano y yo con mucho entusiasmo nos preparamos para nuestro primer Webinar, previamente nos enviaron el temario, los videos que mostraban claramente los ejercicios a realizar. Conocimos a Lina Palafox quien nos dio la bienvenida, nos explicó detalladamente los temas, los objetivos, la razón y cómo realizar cada ejercicio; resolvió nuestras dudas, nos comentó que así sería cada semana. Nos comprometimos a enviarle los videos de nuestros avances y Lina nos diría que corregir.

Y ¡sorpresa! el curso no es solo para mí, también es para mi humano. Hoy mi humano y yo tenemos una muy buena comunicación afectiva, por medio de códigos de comunicación yo veo sus gestos, su movimientos de manos, el tono de su voz, él ve mis señales afiliativas, de apaciguamiento o de amenaza. Aprendí a pasar la noche en mi habitación, o durante el día al escuchar un quédate ahí. Ahora sé donde hacer mis necesidades, sin tantos gritos o encierros, los golpes en el piso quedaron atrás como una mala experiencia, ahora utilizamos el » no», pero ahora ya no es un grito ahora en un «no informático» más suave y para cuando me paso de la raya mi amo usa la palabra «mal» también sin gritos, sino como una llamada enérgica acompañada de gestos y movimientos de manos que me hacen entender su desagrado por mi comportamiento. También aprendí a esperar paciente, sentado, mientras mi humano amarra las agujetas de sus zapatos mientras paseamos por la calle o está en en el cajero (es una máquina de donde salen papeles… no lo entiendo mucho pero vamos seguido); ahora los paseos son divertidos, no vamos tirando de la correa, ni él ni yo. Aprendimos a comunicarnos, ahora sabemos ambos cómo decir y entender: ven, sentado, espera, busca, quédate ahí, trae, suelta, etc. Y qué les, puedo decir de las clases presenciales, simplemente que son fascinantes, ahí convivo con otros perros y humanos, jugamos al mismo tiempo que aprendemos cosas nuevas y divertidas dinámicas que nos ayudan a desarrollar mis habilidades, como el olfato y la calma. Allí puedo correr a mis anchas, sin riesgos, meterme a la alberca, jugar en el agua, etc.; mi humano también se divierte, juega conmigo y participa en las actividades… somos un binomio perfecto. En este mismo sitio se lleva a cabo el ExtraordinaryDay. Ese día solo yo asisto, junto con otro perros con los cuales convivo y socializo, me divierto aprendo, con variadas y amenas actividades, bajo la dirección y supervisión de Lina Palafox y el Staff de Dog Dog; ese día la paso genial.

Por último les platico que nos organizan una excursión en el Bosque de Nixticuil, ahí descubrí otro ambiente donde también me divertí jugando a la búsqueda del tesoro, a las escondidillas, entre otras actividades; mi humano se esconde y yo lo busco desarrollando así mi olfato y oído, poniendo a prueba la filiación afectiva con mi humano.

Hace 1 mes llegó mi hermano Thor de tan solo 2 meses y ya empieza a entender el no, y el fuera y está aprendiendo su control de esfínteres… ahora me doy cuenta que mientras más pronto empiece la instrucción mejor los resultados, ahí se ve cuánto nos quieren nuestros humanos.

Quisiera contarles más pero me tengo ir, ya va a ser hora de clase virtual de Thor ¿cómo lo sé? Fácil, mi humano está preparando mi Kong y seguramente quiere enseñarle a Lina cómo nos va en el «juntos pero separados».

No creas que ahora soy como un perro de circo, ahora SOY UN PERRO AUTÓNOMO, FELIZ Y CON BUENOS MODALES. Espero que pronto nos conozcamos en Dog Club, pero esa es otra historia… por lo pronto dile a tu humano que te inscriba a PUPPY SCHOOL DogLearning de Dog Dog. Estoy seguro de que, como a nosotros, les va a gustar.

¡Hasta pronto!

DISCOVERY SESSION

La importancia de la primeraimpresión y el primer encuentro.
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